En México, la población lee en promedio 3.3 libros al año, según reportó en 2019 el Módulo sobre Lectura (MOLEC) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Este estudio realizado a nivel nacional también reveló que el 47.9% de los encuestados no lee por falta de tiempo.
De seguro ya te diste esa charla motivacional, y a la vez autoregaño, sobre que este 2021 no perderás el tiempo en redes sociales y que «ahora sí» dedicarás más tiempo a la lectura.
Parece que estamos condenados a estar insatisfechos por la cantidad de libros terminados al año, pero basta de lamentar tus resultados del 2020. Aún es buen momento para mejorar tus hábitos de lectura. A continuación, te presentamos una serie de tips que podrán ayudarte.
1. Metas realistas
Reconozcamos que es un sueño guajiro para muchos querer leer más de 100 libros al año y poder dedicarle cuatro horas diarias de lectura. Además de que la familia y el trabajo y estudio exigen parte de nuestra atención, la tecnología ha orillado a que nuestra atención se divida en múltiples tareas y sea vea notablemente reducida según un estudio de Microsoft Corp. de 2015, nuestra atención se redujo de 12 segundos a ocho segundos por el «multitasking» que pondera nuestra «vida digital».
Entonces la clave está en establecerse metas realistas. Sé honesto contigo sobre cuánto tiempo le puedes dedicar a la lectura, el horario que podrás respetar y también establece un número de libros meta. Si eres nuevo en esto, tal vez un libro al mes sea una buena forma de comenzar.
2. Las mañanas, una ventana de oportunidad para reforzar un hábito
Un estudio de 2017 mostró que los altos niveles de cortisona -hormona del estrés que es fundamental para los procesos de aprendizaje y memoria- por la mañana ayudan a crear nuevo hábitos.
Marion Fournier, de la Université Nice Sophia Antipolis en Francia y autora principal de ese reporte, señaló que es posible que esta técnica no funcione para todos porque los niveles de cortizona pueden variar, pero aún así recomendó a las personas iniciar la formación de hábitos por la mañana y no por la noche. Además aconsejó repetir la tarea todos los días en el mismo contexto y apoyarse con “pistas” como una nota adhesiva frente al espejo que te recuerde hacer dicha tarea que se busca convertir en un hábito.
En este caso, podrías dejar tu libro a un lado de tu cama o sobre la mesa para que lo veas a la hora de desayunar. Ten en cuenta que para esto necesitarías levantarte al menos media hora antes para poder dedicarle tiempo sin que te «agarren» las prisas.
3. Bloquear a los distractores
Además de determinar un horario para realizar tu lectura, deberás delimitar un espacio en el que te sientas cómodo. Leer en cama puede parecer una gran opción, pero además de que no tendrás la mejor postura, podrías caer en la trampa y quedarte dormido. Mejor elige un sitio donde te puedas sentar erguido y con buena iluminación. También podrías dejar un vaso con agua para evitar levantarte e interrumpir tu lectura.
Asegúrate que en este espacio no tengas la televisión o algún otro aparato encendido. Respecto al celular es más complicado. Para empezar, hay que romper la infinita navegación entre aplicaciones, las cuáles están diseñadas para detonar liberación de dopamina, motivo por el que son tan adictivas.
Para algunos no será suficiente poner en silencio o modo avión el celular, tampoco desconectarlo de internet o apagarlo si es que lo mantienes cerca de ti. El tener el celular a la vista también libera cortisol, por lo que sientes la obligación de revisarlo constantemente pensando que siempre hay una tarea pendiente por resolver, señaló David Greenfield, profesor de Psiquiatría Clínica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Connecticut y fundador del Centro para la Adicción al Internet y la Tecnología, a un medio estadounidense.
4. Define un objetivo
¿Por qué quieres leer más este año? No se trata de leer por leer, uno debe establecer qué es lo que lo motiva a querer leer más. También hay que recordar que así como ver películas y series, leer es una actividad que no solo sirve para adquirir conocimientos, sino también como una válvula de escape del día a día que ayuda a aliviar el estrés.
Además de reconocer el objetivo, también sé honesto sobre qué es lo que realmente quieres leer. Si uno disfruta la lectura, será más fácil crear el hábito. Si bien es importante leer clásicos o te interesa algún libro porque una persona que admiras lo recomendó, también debes considerar que la vida es muy corta para dedicarle tiempo a un libro que no te gusta.
Nancy Pearl, autora, bibliotecaria y crítica de libros, recomienda que si después de 50 páginas el libro no engancha al lector, lo mejor es abandonarlo. Así que no te sientas mal por no terminar un libro que no te gustó y aprovecha para descubrir nuevas lecturas.
5. Flexibilidad
Muchos consideran que leer libros digitales o escuchar audiolibros resta mérito a la lectura. Sin embargo, para poder crear tu hábito de lectura es mejor que te adecúes a tus necesidades y estilos de vida.
Recuerda ir un paso a la vez y lo más importante es no desistir en el camino.
6. Lee en compañía
Para algunos la lectura puede ser un ritual íntimo. Sin embargo puede que la compañía ofrezca motivación extra. Queda con un amigo para leer un mismo libro o únete a un club de lectura -aún con la pandemia, existen en formato virtual- y al final discute el libro con tu compañero; la conversación también puede impulsar las ganas de leer más.
Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid mostró que un beneficio de la lectura en compañía también ayuda a la comprensión del contenido y fomenta la creatividad.
Fuente: https://www.informador.mx
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