A Constanza le recomendaron un libro, hace tiempo que no leía y ya se acercaba el verano y las vacaciones. Lo localizó no sin complicaciones, ya que librerías habían cada vez menos, y le pareció interesante lo que leyó en la contraportada, hojearlo imposible, ya que el libro estaba protegido por un plástico. Se arriesgó, la recomendación y lo leído en el exterior le hicieron tomar la decisión de comprarlo. Pasados los días subrayó mientras leía algunos párrafos y frases que le gustaron e hizo algunas anotaciones que consideró importantes. Luego de terminarlo no pasó demasiado tiempo para que ella misma lo recomendara y lo prestara a un colega de la oficina.
A quién Constanza prestó el libro, no solamente disfrutaría de la lectura del mismo, también la enriquecería con las anotaciones y comentarios realizados por ella.
Este proceso, el de compartir recomendaciones, citas, notas, apuntes, comentarios y subrayados de libros con otras personas es lo que se denomina Lectura Social, una práctica que si bien existe desde hace bastante tiempo actualmente se ve potenciada con los libros digitales, los dispositivos para leerlos y las ventajas que ofrecen Internet y las redes sociales. Hoy la lectura no debería ser una actividad solitaria transformándose en una actividad social. Hoy, usted, yo, estamos dentro de una red donde circulan textos, información sobre ellos, recomendaciones, citas y comentarios. La utilización de Internet, está transformando la forma de descubrir un libro, su adquisición e incluso el cómo y dónde lo vamos a leer.
Y la lectura social no la podemos limitar solamente a la literatura, también se aplica en los ámbitos de la investigación, el periodismo y la educación. Por ejemplo, un profesor puede complementar material de estudio con anotaciones que realice (anticipándonos a los textos escolares digitales), o incluso los artículos aparecidos en la prensa digital, son resaltados y enriquecidos por los comentarios de los lectores, destacando a veces más que el artículo en sí.
El circuito de la lectura de libros se amplía con las nuevas tecnologías, hoy no solamente podemos comentar el libro en una conversación (por lo demás, no es un tema recurrente ¿Cuándo fue la última vez que un libro fue tema de conversación?) o prestarlo. Como lector 2.0 puedes comentar y escribir tus notas en el propio ebook, twittear, recomendar el libro en Facebook, o reseñarlo en tu blog.
El circuito del libro, señalado por José Antonio Millán, un escritor español, quedaría como sigue: 1. Conocer 2. Hojear 3. Comprar, acceder 4. Leer, trabajar 5. Compartir, prestar 6. Discutir, comentar 7. Recomendar, sugerir (ver detalle del circuito)
Este circuito así como con los libros impresos también se puede cumplir con los libros digitales, el hojear un libro encuentra su equivalente en Internet en las librerías virtuales, o en ciertas páginas disponibles para promoción de la obra.
El asimilar este cambio en la lectura y de ir descubriendo el panorama que ofrecen los libros digitales es fundamental, especialmente para los nuevos lectores (leemos poco, por lo tanto, todo ayuda) y por lo mismo mi motivación para que en la Feria del Libro de La Serena se considere y se inserte un espacio digital. (ver presentación)
Asimismo, consciente de que el futuro pertenece a la lectura digital, es que lidero la campaña “Conéctate a la Lectura” cuyo lema es ¡Yo leo en digital! Y que pretende un acercamiento a la lectura en torno a los libros y dispositivos digitales.
Lectura Social, campaña de Fomento a la lectura digital, lectores 2.0…Todo con un objetivo, que se lea más, y que la lectura de un libro sea un tema de conversación, aunque sea en Internet y las Redes Sociales.
Por Javier Chandía Rojas
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