La lectura social o colaborativa no es una práctica reciente, pero cobra especial relevancia con la el auge de los dispositivos de lectura digital y los ebooks.
En esencia, la lectura social consiste en compartir recomendaciones, citas, notas, apuntes, comentarios y subrayados de libros con otras personas. La actividad que antes se realizaba en encuentros con amigos, en lecturas públicas o en clubes de lectura, ahora se puede llevar a cabo en cualquier momento por Internet y se extiende a lectores que no conocemos o, incluso, al propio autor de la obra. Por supuesto, la lectura social no solo se aplica a la literatura. Es especialmente útil para los ámbitos de la investigación, el periodismo y la educación, entre otros.
Estas utilidades son posibles porque en la era digital los libros pasan de ser un objeto que tocamos y compramos o solicitamos en préstamo en el caso de las bibliotecas, a convertirse en un servicio intangible que contratamos. Los lectores digitales no poseemos un libro, tan solo contratamos un servicio que nos permite acceder a unos determinados contenidos durante un cierto tiempo y en unas condiciones específicas. Esta realidad debe ser entendida y asumida lo antes posible por todos los profesionales del mundo del libro, puesto que transforma la relación con los lectores, que ahora no reciben objetos sino servicios en torno a contenidos.
Hay muchos servicios y dispositivos que facilitan actualmente la lectura social, ahora mencionaremos algunos ejemplos; en general son los nuevos agentes en la cadena de valor del libro (plataformas de lectura en la nube…) quienes los promueven, también las editoriales, en ocasiones con la participación del autor.
Una de las pioneras en permitir compartir notas, crear clubes de lectura y hacer recomendaciones con otros lectores de gustos similares a través de una misma plataforma fue TheCopia. A esta iniciativa se han ido sumando otras muchas: Goodreads, LibraryThing (disponible en español); las españolas Lecturalia, Tú qué lees, Quelibroleo…
En muchos casos, estos servicios establecen sus recomendaciones en función del historial de consumo del cliente (como Amazon), algo que no tiene que ver necesariamente con su satisfacción real. Otros generan recomendaciones con su propio algoritmo.
Fuente: http://www.manuscritics.com/plataformas-de-lectura-social/
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